viernes, 31 de diciembre de 2010

De como quisimos cuidar algunos detalles...

Las bodas son importantes, no solo para los novios, sinó para los invitados (en menor o en mayor grado, pero hay que tener en cuenta que para muchos es un acontecimiento muy importante también). Por eso quisimos cuidar algunos detalles para que la boda fuera lo más agradable posible para todos.
Empecemos por algo muy importante: LOS NIÑOS.
Prometo que he hecho bodas en las que no sabes qué hacer con tanto chiquillo suelto. Para el fotógrafo, los camareros e incluso los invitados, los niños se convierten en una molestia. Y mira que me gustan los niños, pero seamos realistas, son lo que son: niños. Y no les puedes pedir que estén quietos en una mesa durante todo el convite...porque se aburren. Y ya no hablemos de dejar que los padres bailen, se tomen algo, etc.
Por eso montamos dos mesas para los niños con dos monitoras... Y una "tienda de campaña" para el exterior.
A parte, con todo el cariño del mundo les hicimos la primera entrega de la boda: una piruleta enorme y una caja de juegos para entretenerse mientras seguíamos dando entregas (que fueron muchísimas).
Las entregas...en fin, los que estubieron allí saben que fueron muchísimas, pero queríamos que muchas personas supieran lo importantes que eran para nosotros... Ramos a las abuelas, relojes para los padres/madres, el ramo de novia para Laura, la liga para Laia, la corbata para Pol, unos novios para Toni y Nuri, otros para mi tío Curro y Ana, unos ramos de chupa-chups (hechos por mi madre) para mis primas y Aida... ¡no acabábamos nunca!


Las canciones fueron elegidas cuidadosamente y pensando en cada uno de ellos.
Después vinieron las sorpresas: Joan me regaló un portátil y nuestros amigos el panel con cápsulas de Nespresso (a parte del velo de novia y las gafas de Elvis para nuestra segunda boda)...¡Fue impresionante!
Como ya estábamos en el patio (el panel era enorme y pesaba demasiado para subirlo a la sala) decidimos empezar el baile primero y repartir los "detallitos" mientras la gente disfrutaba ya de la musica y la barra libre (tengo que admitir que fue lo mejor, hemos ido a bodas donde mientras reparten los puros y recordatorios la gente se aburre soberanamente....).


Por otro lado, nos hacía mucha ilusión que la gente pudiera decirnos cosas pero no queríamos el típico libro de firmas. Por eso, nos pusimos manos a la obra y decidimos hacer esta maceta con flores de cartulina donde la gente podía escribir todo lo que quisiera.



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