martes, 13 de julio de 2010

El día B


























No he encontrado muchas más fotos en las que estemos los dos juntos y con los ojos abiertos. Las oficiales estan en manos de mi marido (así que tendréis que esperar un tiempo para verlas).
Del día B solo puedo decir: GRACIAS.
Yo dormí en la habitación pequeña (no por dormir separados, sinó por insomnio) y nos levantamos sobre las 8 (repito, por insomnio). Desayunamos, nos bañamos, acicalamos y nos fuimos a las peluquerías a grabar a las invitadas con los moños a medias.
Era curioso pasear por Roquetes y que todo el mundo nos preguntara qué hacíamos juntos paseando tan ricamente.
Joan me llevó a casa de mis padres y él se fue para la de los suyos.
La peluquera vino puntualísima. Me peinó y al poco vino la maquilladora. Gracias a las dos. Mari Carmen incluso me dejó el rizador por si se me desmontaba el peinado y Eli fue un sol que esperó casi hasta el último momento (¡incluso me ayudó a ponerme las medias!).
Pronto empezó a llegar gente a mi casa. Mi tia Ana G, mis abuelos, mi tía Ana L con mi tío y mis primos y el fotógrafo no llegaba... Fue el único momento en el que me puse nerviosa: el coche a punto de llegar y yo sin vestir!! Pero enseguida pasó todo. Llegaron, cuatro fotos y para afuera.
Primer "momento lagrimita": mi hermano leyéndome un "poema" precioso.
Segundo "momento lagrimita": el ramo y el poema de mi tío. Sin palabras
Mi padre y yo nos subimos en el coche con todo el tiempo del mundo (nos tubimos que esperar en la entrada de Sant Martí a que se hiciera la hora) y llegamos a la Iglesia.
No puedo decir qué sentí, ni a quien vi, ni qué pasó... Solo recuerdo a Joan en el altar y algunas caras que ví.
La ceremonia fue lo más corta que pudimos. Tengo que dar las GRACIAS a: mi hermano y mi abuelo por leer, a Toni, Laura, Pol y Laia por ser los testigos, mi primo Fran por llevar los anillos (¡yo tenía absoluta confianza en él!) en el cojín que me hizo mi tía Ana L. (¡con sus lacitos lilas obviamente!).
Cuando salimos nos sorprendió una Batukada (gracias también a los que colaborastéis en ello) y nos fuimos a hacernos las fotos.
Volvimos a tiempo de hacernos las respectivas fotos con los familiares y subir a cenar.
Obviamente después de la cena vinieron muchos más "momentos lagrimita": las entregas que dimos, los regalos que nos hicieron, el baile...
¡Pero se acabó! No cambiaria nada de lo que hicimos, ningún momento de los que vivimos, ninguna de las personas que nos acompañó. Nada. Para mi fue una boda perfecta. Todo salió como queríamos y solo tengo palabras de agradecimiento a todo el mundo. ¡MUCHAS GRACIAS!

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